En los últimos tiempos, la visita de destacados artistas de la música cristiana internacional como Oasis, Funky, Alex Zurdo, Danny Berrios, Crhistine d' Clario y Monte Santo ha marcado un momento significativo en la escena cultural de la música gospel en Cuba. Estos músicos, algunos de ellos galardonados con Premios Grammy, no solo traen un mensaje que trasciende lo musical, sino que también aportan un valor inmemorable a la cultura de nuestro país.

Sin embargo, en el marco de algunos de estos conciertos, muchos expresaron su descontento, especialmente durante la reciente visita de Crhistine d' Clario y Monte Santo, debido a las limitaciones en cuanto a espacio, experimentadas en el lugar donde se llevó a cabo el evento. Tanto así, que algunas organizaciones evangélicas desde sus redes sociales han pedido a las autoridades un enfoque más comprensivo para futuros eventos similares.

No obstante, hay una perspectiva que revela una realidad más amplia y que no debemos parar por alto; en la que una parte considerable de la responsabilidad recae en diversos aspectos, más alla de lo evidente para muchos.

Es importante destacar primeramente, que considerando la relevancia de la visita de estos artistas a Cuba, varios miembros de nuestras iglesias, a su vez trabajadores de los medios culturales e instituciones gubernamentales, se involucraron en esfuerzos para ampliar los espacios disponibles para lograr un mejor evento, obteniendo siempre una respuesta positiva por parte de las instituciones implicadas, incluso logrando asegurar la utilización de una de las instalaciones más importantes del país; oportunidad que fue presentada con antelación al equipo organizativo del evento.

Seguidamente queremos recordar que en otras ocasiones, varias instituciones e instalaciones culturales prestigiosas en Cuba han sido el escenario de algunos eventos de música cristiana, acogiendo figuras internacionales como, "Danilo Montero", "Coalo Zamorano", "Jaime Murrel", "Jacobo Ramos" entre otros, sirviendo también como sede del movimiento gospel nacional, lo cual respalda la viabilidad de estas iniciativas, demostrando que sí es posible llevar a cabo estos escenarios elevando la cultura musical cristiana con éxito sin comprometer los principios bíblicos. 

Por lo tanto, consideramos crucial hallar alternativas futuras para superar estos desafíos, garantizando la presencia de un equipo capacitado y bien informado que pueda manejar eficazmente la organización de este tipo de eventos en el tiempo preciso.

Por último, creemos que la responsabilidad principal en la organización de eventos de esta índole en Cuba debe descansar en la oración, en el crecimiento, la evangelización, la unidad y el profesionalismo de la Iglesia, más que en una experiencia exclusiva de entretenimiento para unos pocos, ya que los eventos no deben definir nuestra identidad como iglesia, sino que deben ser un medio al servicio de la fe del creyente y la esperanza de cada hogar cubano. 

Estos artistas internacionales vienen y van, pero la Iglesia cubana permanece y debe crecer cada día más. Así que retomemos el rumbo correcto, lidiemos con humildad y busquemos siempre la voluntad de Dios para que estos eventos cumplan con los estándares de calidad necesarios y sean una bendición permanente para Cuba.

Fuente: Luz Visión