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Devocional del día
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Publicado en 03/07/2024

Muchas personas se pasan la vida mudándose de un lugar a otro. Cambiando de ciudad o de empleo, no se sienten a gusto en ningún. Eso sucede porque la verdad es que aún no llegamos a nuestro hogar. 

Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.Nos fatigamos en nuestro cuerpo actual y anhelamos ponernos nuestro cuerpo celestial como si fuera ropa nueva.Pues nos vestiremos con un cuerpo celestial; no seremos espíritus sin cuerpo.Mientras vivimos en este cuerpo terrenal, gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que este cuerpo que muere sea consumido por la vida.

2 Corintios 5:1-4 (NTV)

Es una sensación de insatisfacción para muchos. Para otros es una inconformidad con todo. Pero si tienes cerca a una persona así, sé comprensivo. Es que aún no llegamos a nuestro hogar verdadero, a nuestro destino final con cuerpos gloriosos.

De hecho, hay otros que no se sienten a gusto con sus cuerpos. Se quieren hacer cambios y en algunos casos es para bien, en otros casos, estaban mejor como originalmente fueron creados. Pero esa inconformidad tiene que ver con el hecho de que aún no llegamos a nuestro hogar. 

JESÚS NOS PROMETIÓ UN LUGAR QUE SERÁ ESE HOGAR AL QUE LLEGAREMOS CUANDO PARTAMOS

Tiene que ser un lugar muy especial el que nos está reservando Jesús. ¡Nada menos que con Él y para pasar la eternidad a Su lado! ¿No te causa emoción? Y no debemos criticar ni estar inconformes con lo que nos toque en esta vida, sino recordar que aún no llegamos a ese hogar. 

En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy. 

Juan 14:2-3 (NTV)

Debemos aprender a apreciar esta vida porque sí nos la dio Dios y la debemos disfrutar también. Sabemos que aún no llegamos a nuestro hogar final, pero entre tanto, agradezcamos la vida que Dios nos dio con todo y sus altos y bajos que nos preparan para vivir la eternidad. 

Es aquí donde tenemos nueva oportunidad cada día para ser mejores, para crecer espiritualmente y acercarnos más a Dios. No desaproveches este tiempo quejándote. Más bien busca las maneras de marcar la diferencia y dejar impactos hermosos en las almas de otros hasta que lleguemos a nuestro hogar.

Y la razón por la que hablamos a muchos de Jesús es precisamente para que aprendan de ese lugar especial que será su hogar si reciben a Jesús en sus corazones. Queremos que sean salvos y verlos, si los amamos, en ese lugar especial que será nuestro hogar eterno. 

Hasta ese día, acerquémonos más a Dios y hagámoslo prioridad en esta vida y en este hogar que nos tocó vivir. Lee tu Biblia a diario y ora constantemente, con agradecimiento, humildad de corazón y con fe. Desarrolla tu confianza en Dios cada día y aférrate a Sus promesas.

Oración del día

Bendito y amado Dios. Gracias por esta vida. He tenido muchos momentos difíciles, pero he contado contigo, con Tu presencia siempre. Gracias por tu generosidad, por proveer todo lo que necesito y más. Te amo y te alabo. Doy gracias también por Tu promesa de preparar un lugar que será mi hogar final y por la eternidad. ¡Nada menos que a Tu lado! ¡Qué bendición! Ayúdame a acercarme cada día más a Ti y a llevar a muchos a conocer de ti. En el nombre de Jesús, amén. 

 

Fuente: CVCLAVOZ

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